sábado, 14 de marzo de 2020

BIOQUÍMICA PANCREATICA Y HEPATICA.


PÁNCREAS EXOCRINO

El páncreas es una glándula abdominal constituida por una porción endocrina que contiene hormonas moduladoras de la concentración plasmática de glucosa, y una porción exocrina con las enzimas digestivas que lo convierten en la principal glándula digestiva del organismo. Su secreción es de un líquido claro de alto contenido en bicarbonato que es vertido al intestino delgado.
El páncreas exocrino tiene como función primordial secretar jugo alcalino al duodeno, que colabora en la digestión de grasas, proteínas e hidratos de carbono y por u alcalinidad (pH
entre 8.1 y 8.5) neutraliza el ácido procedente del estómago. Se estima que se secreta alrededor de 1.5L de jugo pancreático al día.ESTRUCTURA DEL PÁNCREAS EXOCRINO
                                             Figura 1. Estructura del páncreas exocrino.
El páncreas es una glándula mixta compuesta por 2 tipos de tejido, endocrino y exocrino, que se agrupan formando lóbulos macroscópicamente visibles y separados entre sí por septos de tejido conjuntivo que contienen vasos sanguíneos, linfáticos y nervios. En humanos, aproximadamente un 80-85% del volumen pancreático está compuesto por la porción principal de tejido que es de naturaleza exocrina, un 10-15% corresponde a la matriz extracelular y los vasos, mientras que la porción endocrina constituye alrededor del 2%. 
El páncreas exocrino está formado por los ácinos y el sistema ductal. Cada unidad funcional básica está formada por células secretoras acinares, células centroacinares y células ductales, dispuestas en grupos redondeados o tubulares. 
                                         Figura 2. Células del páncreas exocrino.
Las células acinares tienen morfología poligonal o piramidal, con el vértice dirigido hacia la luz central del ácino. El núcleo se localiza en situación basal y el citoplasma contiene abundante retículo endoplásmico rugoso que le confiere una intensa basofilia. Las células acinares tienen además un aparato de Golgi grande, rodeado de numerosos gránulos acidófilos o gránulos de zimógeno, que están provistos de membrana, y que contienen en su interior las enzimas constituyentes de la secreción pancreática. En la membrana basolateral de las células acinares hay receptores para las hormonas y los neurotransmisores que regulan su secreción. Las células ductales y centroacinares tienen características similares: son cuboideas, con citoplasma claro, núcleo ovalado, aparato de Golgi y retículo endoplasmático poco desarrollados y sin gránulos. La diferencia entre ambos tipos celulares reside en su localización con respecto a las células acinares. Las centroacinares se localizan hacia la luz del ácino al inicio de los conductos intercalares, mientras que las ductales forman estos conductos intercalares. Los conductos intercalares concurren para formar los conductos intralobulares, que a su vez van confluyendo para formar los interlobulares. Finalmente, éstos irán convergiendo hasta formar los conductos pancreáticos principales, el de Wirsung y el de Santorini.

SECRECIONES DEL PÁNCREAS EXOCRINO

Características del jugo pancreático

El jugo pancreático es un líquido incoloro, acuoso, de densidad entre 1.007 y 1.035 según la concentración de proteínas, con pH alcalino, que contiene 2 tipos de secreciones: la enzimática y la hidroelectrolítica. La enzimática es la causante del hidrólisis de las sustancias nutritivas de los alimentos, mientras que la hidroelectrolítica actúa como vehículo de la enzimática y proporciona un medio alcalino, necesario para la actuación de las enzimas. Para ello se precisa la neutralización del quimo ácido procedente del estómago que entra en el duodeno, gracias a la alta concentración de bicarbonato tan característica de esta secreción. El volumen de secreción de jugo pancreático oscila entre 0,2-0,3 ml/min en condiciones basales y 5 ml/min cuando se estimula de forma adecuada; el volumen total diario oscila entre 1 y 4. 
                                              Figura 3. Jugo pancreático. 
                  Tabla 1. Diferentes enzimas del jugo pancreáticos, activadores y funciones.  
La mayoría de las enzimas pancreáticas son producidas como moléculas inactivas o zimógenos, de esta forma se disminuye el riesgo de lesión del tejido pancreático. Los zimogenos,al ser secretados, deben ser activados por enzimas localizadas en las microvellosidades duodenales.

Secreción hidroelectrolítica

Las células centroacinares y las ductales son las encargadas de la secreción hidroelectrolítica del páncreas exocrino. Esta secreción está constituida principalmente por agua, en un 98%, y es muy rica en sodio y bicarbonato. Los cationes se encuentran en concentraciones relativamente constantes similares a las del plasma; los principales son sodio (154 ± 7 mEq/l), potasio (4,8 ± 0,9 mEq/l), calcio (1,7 ± 0,3 mEq/l) y magnesio (0,27 ± 0,08 mEq/l). En cuanto a los aniones, son fundamentalmente el cloro y el bicarbonato. Este último procedente tanto de la hidratación del CO 2 catalizada por la anhidrasa carbónica (especialmente la isoenzima II), presente en las células ductales y centroacinares, como por cotransporte con Na + a través de la membrana basolateral. El cloro y el bicarbonato se encuentran en concentraciones variables; con el flujo de secreción aumenta la de bicarbonato, y disminuye proporcionalmente la de cloro para mantener su suma constante (154 ± 10 mEq/l). 
La secreción hidroelectrolítica es estimulada principalmente por la secretina, que controla, por tanto, el volumen de jugo pancreático. Esta hormona provoca el aumento de secreción de bicarbonato por las células ductales y centroacinares al activar la adenilciclasa y aumentar el adenosín monofosfato cíclico (AMPc). El mecanismo por el cual el AMPc aumenta la secreción de bicarbonato implica principalmente la activación de un tipo de canal de cloro en la membrana luminal, identificado como el regulador de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística, cuya alteración está relacionada con esta emfermedad. La activación de este canal de cloro aumenta la secreción de este anión en la luz ductal, y como este incremento está acoplado a un intercambiador de Cl– /HCO3 de la membrana luminal, se produce la sustitución de cloro por bicarbonato; el resultado final es el aumento de bicarbonato en la luz ductal. La secretina, además de activar al intercambiador de Cl– /HCO3 en la membrana luminal, estimula al cotransportador de Na+ -HCO3 en la membrana basolateral. Ambos efectos favorecen la secreción de HCO3 hacia la luz ductal. Finalmente, se ha propuesto la existencia de un gradiente electroquímico que a su vez favorecería la secreción de HCO3 a través de canales de conductancia a aniones.
                                   Figura 4. Secreción hidroelectrolítica de Bicarbonato.  

Secreción enzimática

El páncreas posee una gran capacidad de síntesis de proteínas, es el órgano que mayor cantidad de proteínas produce por gramo de tejido. Las células acinares son las encargadas de la síntesis y la secreción de las enzimas y proenzimas, que según la función que desarrollan se clasifican en 4 grupos: proteolíticas, lipolíticas, glucolíticas y nucleolíticas. La síntesis de las enzimas digestivas tiene lugar en el retículo endoplásmico rugoso, desde donde son transportadas al aparato de Golgi. Allí experimentan diversas modificaciones postraduccionales, especialmente glicosilación, se concentran y, posteriormente, son transportadas a los gránulos de zimógeno. La secreción de las enzimas digestivas tiene lugar mediante exocitosis, que incluye el desplazamiento de los gránulos secretores hacia la membrana apical, y el reconocimiento de un lugar de la membrana plasmática para la fusión. La especificidad de la expresión de las enzimas digestivas en los ácinos se debe a la presencia del PCE (pancreas consensus element) en los promotores de los genes, el cual regula la transcripción de sus ARN mensajeros (ARNm). 
El factor transcripcional PTF-1 es esencial para la expresión de las enzimas digestivas y está presente de forma selectiva en el páncreas exocrino donde se une al PCE. La mayoría de las enzimas pancreáticas se secretan en forma de zimógenos o proenzimas inactivas, para evitar la autodigestión y la consiguiente lesión del propio páncreas. Junto con estas proenzimas, el páncreas secreta el péptido inhibidor de tripsina, que evita su activación antes de llegar al duodeno. A este nivel el tripsinógeno se convierte en tripsina por acción de la enterocinasa o enteropeptidasa de la mucosa duodenal, y esta tripsina produce la activación en cascada del resto de las proenzimas pancreáticas. En la activación del tripsinógeno a tripsina se liberan pequeños péptidos denominados péptidos de activación del tripsinógeno. Las enzimas proteolíticas activas procedentes del jugo pancreático pueden ser de 2 tipos: endopeptidasas —mayoritariamente serinproteasas— y exopeptidasas. Las endopeptidasas hidrolizan enlaces peptídicos en lugares específicos de las cadenas polipeptídicas, y en este caso son la tripsina, la quimotripsina y la elastasa. La tripsina escinde enlaces peptídicos de los que forma parte el grupo carboxílico de un aminoácido básico, como la lisina o la arginina. 
La quimotripsina hidroliza enlaces peptídicos en los que intervienen grupos carbonilo de aminoácidos aromáticos. La elastasa humana presenta 2 isoformas: la elastasa 1 o proteasa E y la elastasa 2. La proteasa E actúa específicamente en enlaces en los que participan la alanina, la isoleucina, la valina y los hidroxiaminoácidos. En cambio, la elastasa 2 actúa en la proteína elastina hidrolizando preferentemente enlaces peptídicos de los que forma parte un aminoácido neutro con radical alifático
                                         Figura 5. Secreción exocrina de enzimas
Las exopeptidasas del jugo pancreático son la carboxipeptidasa A y B. La primera hidroliza enlaces peptídicos en el extremo carboxiterminal, liberando cualquier tipo de aminoácido excepto arginina, lisina y prolina. La carboxipeptidasa B también hidroliza enlaces peptídicos carboxiterminales, pero sólo cuando el aminoácido carboxiterminal es arginina o lisina. En cuanto a las enzimas glucolíticas, la amilasa es una α-1,4-glucosidasa que participa en la digestión de los polisacáridos hidrolizando enlaces α-1-4. Por lo que respecta a las enzimas lipolíticas, la lipasa pancreática actúa sobre los triacilglicéridos para dar ácidos grasos libres y monoacilglicéridos. Para que la lipasa sea plenamente activa requiere de la denominada activación de interfase con la colipasa, formando un complejo de anclaje en la interfase hidrófoba/hidrofílica, en presencia de sales biliares. La colipasa es una glucoproteína hidrófoba formada a partir de la procolipasa de la secreción pancreática por acción de la tripsina. La fosfolipasa A2 hidroliza el enlace éster en posición 2 de los fosfolípidos para liberar ácidos grasos y lisofosfolípidos. Esta enzima tiene una gran importancia en la patogenia de las enfermedades pancreáticas por su capacidad para destruir las membranas fosfolipídicas y para dar lugar a la lisolecitina, con efecto citotóxico por su marcado efecto detergente. 
La actividad de la carboxilesterasa está muy aumentada en presencia de sales biliares y actúa principalmente hidrolizando ésteres de colesterol y de retinol. La secreción enzimática también incluye ribonucleasas y desoxirribonucleasas, que son fosfodiesterasas capaces de hidrolizar los enlaces fosfodiésteres de los ácidos nucleicos. Por tanto, las enzimas digestivas pancreáticas participan en la hidrólisis tanto de proteínas como de glúcidos, lípidos y ácidos nucleicos, y desempeñan un papel clave en la digestión de los principios inmediatos.

REGULACIÓN DE LA SECRECIÓN DEL PÁNCREAS EXOCRINO

Fases de la secreción del páncreas exocrino

En la secreción del páncreas exocrino se distinguen 2 períodos, el interdigestivo y el digestivo-posprandial. En el período interdigestivo la secreción pancreática es escasa, cíclica y está relacionada con las 4 fases interdigestivas de la motilidad gastrointestinal, y es máxima en la fase III. La duración y la tasa de secreción durante estas fases varían considerablemente incluso en los mismos individuos, y dependen de la hora del día, el estado de conciencia y el tiempo de ayuno. Se considera que este período interdigestivo está bajo el control de mecanismos nerviosos y hormonales. La regulación nerviosa se realiza mediante control principalmente parasimpático, con conexiones enteropancreáticas. El sistema nervioso simpático influye inhibiendo la secreción y la motilidad interdigestiva. Las hormonas con un mayor papel en este período son la motilina y el polipéptido pancreático, que estimulan e inhiben, respectivamente, la secreción. Se considera que esta regulación interdigestiva es importante para desalojar o limpiar el tracto gastrointestinal superior de partículas alimentarias, descamación celular y flora intestinal.
Así, cuando sucede una alteración en la regulación hay frecuentemente un sobrecrecimiento bacteriano. 
En el período digestivo se produce la mayor secreción exocrina del páncreas, inducida por los estímulos hormonales y nerviosos provocados por los alimentos. Clásicamente se reconocen en este período 3 fases: cefálica, gástrica e intestinal. La fase cefálica es desencadenada por vía vagal mediante un estímulo psíquico, la vista, el olfato y, especialmente, la masticación. La fase gástrica está mediada por un mecanismo colinérgico, tras la distensión gástrica, además de que la llegada del bolo alimenticio al estómago libera gastrina, estímulo, aunque débil, de la secreción pancreática. El ritmo de vaciamiento de los alimentos desde el estómago modula la siguiente fase o fase intestinal, que constituye el período en que se produce el mayor flujo de secreción pancreática exocrina. La cuantía de la secreción pancreática en esta fase depende de los principios inmediatos que llegan al duodeno (tipo, cantidad, propiedades físicas), de la concentración de sales biliares, de la secreción ácida que llega del estómago y de la concentración de las propias enzimas pancreáticas en la luz intestinal. La secreción pancreática está mayoritariamente regulada por el área duodenal. En ella, la liberación de colecistoquinina (CCK) causa más de la mitad de la secreción enzimática posprandial, actuando indirectamente mediante un mecanismo reflejo colinérgico duodenopancreático. 

Regulación neurohormonal

Las secreciones del páncreas exocrino están reguladas principalmente por 2 hormonas intestinales: la secretina, que estimula la secreción hidroelectrolítica, y la CCK, que estimula la secreción rica en enzimas. La secretina se libera hacia la sangre por la mucosa del intestino delgado como respuesta a los productos de digestión de los lípidos y, sobre todo, al ácido, mientras que la CCK se libera por el intestino delgado como respuesta a los productos de digestión de los lípidos y de las proteínas. Otras hormonas con efecto en la secreción pancreática exocrina son la insulina, que la estimula, y el glucagón, la somatostatina y el polipéptido pancreático (PP), que la inhiben. La regulación nerviosa corre a cargo del sistema nervioso parasimpático, que estimula la secreción a través de vías vagales colinérgicas, y el simpático, que inhibe la secreción. La acetilcolina es el neurotransmisor más importante en la regulación de la secreción pancreática exocrina. No obstante, no podemos olvidar el papel de los neuropéptidos, que también son liberados por la importante inervación del páncreas. 
El polipéptido intestinal vasoactivo (PIV) es el neuropéptido que desempeña el papel más importante en la regulación, y su acción es estimular la secreción hidroelectrolítica. El polipéptido liberador de gastrina (PLG) estimula la secreción enzimática, mientras que el neuropéptido Y inhibe la secreción exocrina, principalmente por su potente acción vasoconstrictora. En cualquier caso, la regulación hormonal no se puede separar de la nerviosa ya que están íntimamente relacionadas. De hecho, tal y como se comenta más adelante, la CCK ejerce sus acciones indirectamente actuando sobre las aferencias vagales. El estudio reciente más profundo de los receptores de CCK en células acinares ha permitido demostrar la existencia de una relación muy estrecha entre la regulación hormonal y el control nervioso de la secreción pancreática exocrina en condiciones fisiológicas. Así, se ha observado que la CCK actúa a través de las vías vagales colinérgicas para estimular la secreción pancreática exocrina. 
Se han encontrado 2 tipos de receptores de CCK en los ácinos pancreáticos: receptores CCK-A o de tipo 1, y receptores CCK-B o de tipo 2. Los receptores CCK-A son específicos de la CCK, mientras que tanto la gastrina como la CCK se unen a los CCK-B con alta afinidad. Los receptores CCK-A son mayoritarios en ácinos pancreáticos de roedores y en nervios aferentes del vago, pero los ácinos humanos carecen de receptores CCK-A funcionales y sólo expresan los receptores CCK-B. Los ácinos humanos muestran una intensa respuesta a la activación de receptores colinérgicos muscarínicos, pero no responden a concentraciones fisiológicas de CCK y sólo lo hacen a muy altas concentraciones de esta hormona. Aunque los receptores de la CCK son diferentes en roedores y en humanos, el mecanismo productor de las acciones fisiológicas de esta hormona es similar en ambas especies. La atropina inhibe completamente la secreción pancreática de enzimas inducida por dosis fisiológicas de CCK, que originan concentraciones hormonales similares a las posprandiales, tanto en ratas como en humanos. La vagotomía tiene el mismo efecto en ratas. 
Estos resultados indican que la estimulación de la secreción pancreática por la CCK tiene lugar de forma indirecta por vías colinérgicas vagales. Además, se ha demostrado que estas vías vagales aferentes tienen su origen en la mucosa gastroduodenal. Anteriormente ya se conocía que la CCK actúa por medio de las vías vagales aferentes para producir saciedad y disminuir el vaciado gástrico. Los receptores CCK-A pueden presentar un estado de alta afinidad y otro de baja afinidad. El efecto de la CCK en la secreción pancreática está mediado por los receptores CCK-A vagales de alta afinidad, mientras que su efecto en la saciedad está mediado por los receptores CCK-A vagales de baja afinidad. 
Estos efectos de la CCK se atribuyen a la hormona liberada endógenamente en el organismo, que es heterogénea ya que está formada por diversos polipéptidos, de los que destacan las formas CCK58, CCK-33 y CCK-8. Por otro lado, la secreción pancreática posprandial rica en enzimas está controlada principalmente tanto por la CCK de las células de la mucosa duodenal como por la serotonina liberada por las células enterocromafines de la mucosa intestinal, que estimula el reflejo vagovagal y activa las neuronas posganglionares colinérgicas del páncreas. 
La serotonina es liberada por las células cromafines ante estímulos osmóticos, mecánicos o por la presencia de glúcidos —especialmente disacáridos—, y actúa de forma paracrina activando las terminales vagales aferentes de la mucosa intestinal. La interacción sinérgica entre la CCK y la serotonina en las vías aferentes vagales explicaría la intensa secreción pancreática posprandial que tiene lugar con un pequeño incremento de la CCK plasmática en el período posprandial.
 Figura 8. Regulación neurohormonal de la fase intestinal de la secreción enzimática del páncreas.
                        Figura 9. Regulación de la secreción del páncreas exocrino. 

Regulación por retroalimentación

La secreción pancreática exocrina también está regulada por retroalimentación negativa por las enzimas pancreáticas en el duodeno, particularmente por la tripsina. De hecho, cuando se deriva la secreción fuera del duodeno se incrementa la secreción pancreática, y la administración intraluminal de tripsina puede inhibir tanto esta secreción como el incremento de la CCK. Por tanto, después de las comidas la tripsina que queda libre inhibe la secreción de CCK y la secreción pancreática. Dos péptidos intraluminales, uno de ellos denominado péptido liberador de CCK, parecen mediar el efecto de la tripsina en la secreción enzimática. Ambos péptidos estimulan la secreción de CCK y son inactivados por la tripsina. También se ha descrito un péptido liberador de secretina intraluminal que participaría en el efecto de la tripsina en la secreción hidroelectrolítica. Este péptido activa la secreción de secretina y es inactivado por la tripsina. 
Por otro lado, existe un mecanismo de retroalimentación negativa que implica al páncreas endocrino. La estimulación vagal colinérgica que se produce en el período posprandial no solamente estimula a los ácinos pancreáticos, sino que también actúa en los islotes de Langerhans para que secreten el PP. Esta hormona actúa de forma presináptica en las vías vagales reduciendo la liberación de acetilcolina y, por tanto, inhibe la secreción hidroelectrolítica y enzimática del páncreas exocrino. 

                                             Figura 10. Retroalimentación negativa.  

Inhibición por nutrientes y sales biliares

Se han descrito efectos inhibidores de la secreción pancreática exocrina por parte de nutrientes, sales biliares y algunas hormonas gastrointestinales. Los aminoácidos y la glucosa disminuyen la secreción pancreática. Así, un aumento de los valores sanguíneos de aminoácidos o la hiperglucemia producen inhibición de la secreción pancreática inducida por la ingesta o por estimulación con CCK. El glucagón y la somatostatina parecen mediar la inhibición por aminoácidos y glucosa, mientras que el péptido YY causaría un efecto inhibidor de los ácidos grasos. La concentración de sales biliares en el duodeno también afecta a la secreción pancreática. Así, un aumento de su concentración en el duodeno provoca una disminución en la tasa de secreción enzimática del páncreas y, por el contrario, su disminución produce un aumento de la liberación de CCK y de la secreción enzimática. Finalmente, la infusión intracolónica de ácido oleico también inhibe la secreción pancreática exocrina, al igual que la perfusión de hidratos de carbono o grasas en el íleon a suficiente concentración. No obstante, cuando se perfunden hidratos de carbono a concentraciones fisiológicas en el íleon en la fase posprandial, se observa un incremento selectivo de la amilasa con una disminución global del resto de la secreción enzimática.
                                     Figura 11. Trastornos del páncreas exocrino.   

Vías de señalización intracelular en la regulación y la secreción de las células acinares

                                       Figura 12. Señalización intracelular
Los mecanismos de señalización intracelular implicados en la estimulación neurohormonal de las células acinares se han demostrado con el uso de preparaciones in vitro de células acinares de animales de experimentación. Mediante el uso de ligandos marcados radiactivamente y de antagonistas específicos, se han caracterizado los receptores de la CCK, la secretina, la acetilcolina, la neuromedina C (PLG o equivalente de bombesina en mamíferos), la sustancia P y el PIV. Estos receptores están situados en la membrana plasmática basolateral de las células acinares y están acoplados a proteínas G. Se dividen en 2 categorías: en una de ellas están los receptores de secretina y PIV, y en la otra los receptores de la CCK, la acetilcolina, la bombesina y la sustancia P. La unión de la secretina o del PIV a su receptor da lugar a la activación de la adenilatociclasa, con el consiguiente incremento del AMPc intracelular y activación de las proteincinasas dependientes de AMPc. En la segunda categoría de receptores, la unión del ligando específico estimula el metabolismo de los fosfoinositoles de membrana, lo que conduce a un incremento del Ca2++ citoplasmático. Concretamente, se produce la hidrólisis del fosfatidilinositol 4,5-difosfato mediante la fosfolipasa C, liberando 1,2-diacilglicerol e inositol 1,4,5-trifosfato. Este último induce la liberación intracelular de calcio desde depósitos no mitocondriales, dando lugar a la activación de proteinquinasas dependientes del calcio y de la calcineurina (o proteinfosfatasa 2B).
Por otro lado, el diacilglicerol activa la proteinquinasa C. Todos estos mecanismos mencionados participan en la secreción enzimática de las células acinares. Además, existe un efecto sinérgico en la secreción cuando actúan simultáneamente agonistas que actúan vía AMPc junto con agonistas que lo hacen vía Ca2++. Por ello, la combinación de pequeños aumentos de ambos tipos de hormonas puede producir un incremento significativo de la secreción en condiciones fisiológicas.

INTEGRACIÓN DE LA FUNCIÓN EXOCRINA PANCREÁTICA EN LOS PROCESOS DIGESTIVOS. RESERVA FUNCIONAL

La perfusión en el duodeno de lípidos, proteínas y glúcidos produce diferentes respuestas secretorias. Las grasas producen una intensa y duradera respuesta secretora; las proteínas también producen estímulo de la secreción, aunque de menor cuantía; los glúcidos son los que menos duración e intensidad secretoria producen. Los lípidos constituyen, generalmente, una de las mayores fuentes calóricas de la ingesta. En el mundo occidental la ingesta de grasas varía por término medio entre 90 y 140 g/día, a los que se añaden unos 40-50 g depositados en el intestino de carácter endógeno. La mayor parte está compuesta por triglicéridos (TG), cuya digestión y absorción se efectúa con una gran eficacia. La hidrólisis de los TG se inicia mediante la lipasa gástrica (resistente al pH ácido), previa emulsión del bolo alimenticio en el estómago, lo que supone un 20-30% de la digestión lipídica total. La digestión de los lípidos se produce mayoritaria-mente en el duodeno y en el yeyuno. Para ello, se necesita el concurso simultáneo de diferentes agentes, como las sales biliares —que permiten la emulsión con formación de micelas mixtas de lípidos-sales biliares, aumentando la superficie sobre la que actúan las enzimas digestivas—, el bicarbonato —que mantiene el pH duodenal por encima de 5—, la colipasa pancreática —cofactor de activación de la lipasa—, y especialmente de la lipasa pancreática, que efectúa la hidrólisis de los triglicéridos. El páncreas dispone funcionalmente de una gran reserva secretora que rebasa hasta 10 veces las necesidades digestivas de la nutrición normal, tanto de lípidos como de proteínas. De esta forma, cuando esta capacidad se reduce a menos del 10%, aparece esteatorrea y creatorrea, los signos característicos de la insuficiencia pancreática. 
Adicionalmente, la fosfolipasa A2 hidroliza los fosfolípidos y la carboxilesterasa contribuye a la absorción de las vitaminas liposolubles. En general, la digestión de las grasas no tiene mecanismos complementarios en la mucosa intestinal, por lo que un fallo significativo de la reserva funcional exocrina del páncreas producirá su deficiente digestión, en contra de lo que ocurre con las proteínas y los hidratos de carbono, donde existen mecanismos compensatorios en la pared intestinal. Las proteínas de la dieta suponen en el mundo occidental, por término medio, unos 70-100 g/día, a lo que se añaden unos 30-50 g de proteína endógena (secreciones, descamación celular, moco, etc.). Su digestión se produce por la secreción gástrica, pancreática y de la mucosa intestinal. Las diferentes proteasas que proceden de la secreción pancreática —tripsina, quimotripsina, elastasa, carboxipeptidasas— normalmente hidrolizan mayoritariamente las proteínas de la ingesta. Al igual que con la lipasa, para que se realice la acción hidrolítica de estas enzimas es necesario un pH superior a 5 en la luz intestinal. La existencia de mecanismos compensatorios a esta acción de las enzimas pancreáticas, como la pepsina gástrica — resistente a pH ácido—, y las dipeptidasas y tripeptidasas de la mucosa intestinal permiten que la insuficiencia pancreática en la digestión de las proteínas sea menos frecuente. Por lo general, en los países occidentales los glúcidos constituyen entre el 40 y el 50% de las calorías ingeridas, entre 200 y 300 g/día. Son consumidas principalmente en forma de polisacáridos —almidón—, y además como disacáridos —lactosa, sacarosa— o monosacáridos —glucosa, fructosa—. Su digestión se produce inicialmente por la αamilasa salival, sobre todo parotídea, que al llegar al estómago es progresivamente inactivada por el pH ácido, y posteriormente en el duodeno por la secreción pancreática de α-amilasa, enzima que escinde las uniones α-1-4 glucosídicas, completando la digestión las disacaridasas y la α-dextrinasa del borde en cepillo de la mucosa intestinal. La digestión y absorción de los principios inmediatos es normalmente muy eficiente y casi completa en el yeyuno; las cantidades anómalamente altas en el íleon tienen un efecto inhibidor de la secreción pancreática, como ya se ha señalado anteriormente. Aunque hay ciertas evidencias de la adaptación de la secreción pancreática a la dieta en función de su composición en principios inmediatos, existen controversias entre los resultados obtenidos en animales y en humanos. En animales de experimentación, el incremento de la ingesta de un nutriente induce un aumento de las enzimas que lo hidrolizan, con disminución del resto de las enzimas digestivas. 
En humanos se ha observado que aumentando la proporción calórica de lípidos y proteínas de la dieta durante 2 semanas se induce un aumento global del volumen de secreción de las enzimas pancreáticas. Sin embargo, cuando este incremento de la proporción calórica es efectuado con glúcidos, con reducción de lípidos y proteínas, disminuye subsiguientemente la secreción pancreática —incluida la amilasa— tanto del período posprandial como del interdigestivo. 

ENZIMOLOGÍA CLINICA 1-2

Enzimas

Las enzimas son proteínas complejas que producen un cambio químico específico en otras sustancias, sin que exista un cambio en ellas mismas.
Las enzimas son empleadas en los laboratorios clínicos y en las investigaciones biomédicas como reactivos biológicos para la determinación de analitos, y la medición de sus niveles de actividad en el suero u otras muestras biológicas constituyen herramientas eficaces en el diagnóstico y pronóstico de una enfermedad. 
La enzimología clínica es la aplicación del conocimiento de las enzimas (proteínas especializadas en la catálisis de reacciones orgánicas) al diagnóstico, tratamiento y pronóstico de la enfermedad. Aunque son raras las enzimas exclusivas de un tejido, la alteración de la concentración sérica de una enzima determinada orienta sobre los tejidos más probablemente afectados. Además, muchas enzimas muestras distintas formas moleculares (isoenzimas) características de distintos tejidos. El análisis isoenzimático de la enzima cuya concentración sérica se encuentra alterada a menudo aporta información adicional sobre las causas de dicha alteración.
Muy frecuentemente la información deseada se obtiene examinando dos o más enzimas séricas. Por ejemplo, una elevación en glutamil-transferasa indicará, con gran probabilidad, colestasis si aparece aumentada la fosfatasa alcalina sérica. El tipo de alteración observada también proporciona gran información: 
 Lo más frecuente es encontrar elevaciones debidas a aumentos de permeabilidad celular daño tisular. 
 Es posible detectar disminuciones debidas a enfermedades crónicas que originan disfunción celular. 
 El grado de alteración de la concentración catalítica puede ser orientativo de determinadas alteraciones ej. las aminotransferasas séricas muestran aumentos más importantes en hepatitis agudas que en hepatitis crónicas. 
Dependiendo del grado de permeabilidad y de la distancia entre células y capilares existirá un mayor o menor desfase entre el momento de detección del aumento de actividad enzimática y el momento de daño tisular.

La enzimología clínica

La enzimología clínica es una nueva disciplina cuya aplicación se ha difundido, desde que O. Warburg demostró que casi todas las enzimas del metabolismo celular están presentes en los líquidos tisualres.
Campos importantes de la bioquímica clínica se ha desarrollado recientemente, gracias a las aportaciones de la enzimología teórica y a los progresos tecnológicos. La determinación de las actividades enzimáticas suministra al médico importante información diagnostica y pronostica.
Los laboratorios de bioquímica clínica suelen determinar entre 12 y 15 enzimas diferentes; sin embargo, las más frecuentes son aprox. la mitad.
Las células vivas obtienen la energía y los componentes necesarios para su supervivencia de un gran número de reacciones químicas. 
Para acelerar la velocidad de estos procesos metabólicos, las células poseen catalizadores específicos denominados enzimas, que hacen compatibles sus necesidades metabólicas con las condiciones de temperatura, pH y presión del medio celular.

Aplicación clínica de las enzimas

 Cuantificación de su actividad catalítica en los tejidos y fluidos biológicos como indicador sensible de cambios o alteraciones.
 Por otra parte, son útiles para el tratamiento de algunas enfermedades y también sirven como reactivos analíticos para determinar otros analitos.

Cuantificación enzimática

En condiciones normales hay muchas enzimas involucradas en los procesos metabólicos (fosforilación, glucolisis, transaminación, oxidación). Estas se sintetizan en la célula y desde ahí ejercen sus funciones en el interior. Pero si hay una lesión celular ya sea por agentes infecciosos, traumas, hipoxia, envejecimiento celular, se produce modificación de la membrana, permitiendo que las enzimas se liberen al torrente sanguíneo. Este escape de enzimas se puede evidenciar en patologías como IAM y cirrosis hepática. En personas sanas, las enzimas de origen intracelular están presentes en el plasma pero en cantidades muy bajas. Muchas enzimas se encuentran en casi todas las células, sin embargo predominan en ciertos tejidos. Aunque la enzima sea específica para un tejido, si se presentan niveles elevados en el plasma solo indica la existencia de un daño celular más no el tipo de proceso patológico.
La catálisis enzimática.
Posee características importantes entre ellas: 
 Elevada eficacia catalítica

 Recuperación del estado inicial 
 Especificidad
 Permiten que tengan lugar las reacciones esenciales para el desarrollo celular

Factores que intervienen en la catálisis enzimática 

La extraordinaria capacidad catalítica de las enzimas se explica por la suma de varios factores, que dependen de la constitución del centro activo. 
1.    Factores de proximidad y orientación 
2.    Fenómenos de superficie
3.    Factores de distorsión o tensión de enlaces.
4.    Presencia de grupos catalíticos
 
Figura 1. Catálisis de enzimas.
 
Tabla 1. Factores que intervienen en la catálisis enzimática.

Cinética enzimática 

Estudia la velocidad de las reacciones catalizadas por enzimas y los factores que afectan estas reacciones. 

Factores que afectan la velocidad de reacción 

 Temperatura.  pH.

 Concentración de reactantes.   Presencia de inhibidores.

Tipos de inhibición 

 
Inhibición irreversible o no competitiva Este tipo de inhibidores forman un enlace covalente cerca del centro activo cuyo enlace difícil de romper evita que la reacción sea reversible.
 
Figura 3. Inhibición no competitiva.

Inhibición competitiva o reversible

Esta reacción se lleva a cabo cuando el sustrato compite por la unión en el cuerpo activo de la enzima

 
Figura 4. Inhibición competitiva.

CENTRO ACTIVO: Es la zona del enzima a la que se une el sustrato para ser catalizado.
COENZIMA O COFACTOR: Tienen un grupo prostético no peptídico, su naturaleza varía según el tipo de enzima. 
 
Figura 5. Tipos de Cofactores.
 
Figura 6. Cofactor en acción.
HOLOENZIMA: Cadena polipeptídica que lleva unida su coenzima. 
APOENZIMA: Es la proteína separada de su cofactor y por lo tanto está inactiva, requiere unirse a su coenzima para poder catalizar.
Figura 7. Holoenzima y apoenzima.
 
Tabla 2. Activadores enzimáticos

Especificidad enzimática
Una enzima cataliza a un solo sustrato específico.

Principios del análisis de enzimas

La concentración de enzimas en suero es muy baja, sin embargo, dada su eleva capacidad catalítica, es posible determinar su actividad y presuponer que ésta es proporcional a su concentración. Por tanto, el estudio de las enzimas en el laboratorio se basa en la demostración “in vitro” de la actividad catalítica. 
Se puede determinar la actividad enzimática analizando: 
 La aparición de algún producto. 

 La desaparición del sustrato. 
 La variación de un cofactor o de algún componente de la reacción.
En definitiva, la actividad de una enzima se mide mediante la determinación de la cantidad de sustrato formado por unidad de tiempo, en condiciones exactamente definidas (pH, Tª…) y estrictamente controladas. La actividad enzimática se expresa Unidades Internacionales (UI) por unidad de volumen (UI/ml, UI/L…) siendo una UI la cantidad de enzima que transforma un micromol de sustrato por minuto en condiciones estándar previamente establecidas.
En una reacción enzimática podemos diferenciar 3 fases: fase de retardo, fase lineal y fase de agotamiento de sustrato.
Figura 8. Fases de reacción enzimáticos.

Fundamentos clínicos de la enzimología

Las ez plasmáticas se clasifican de acuerdo a Bücher en 3 grandes grupos: 
Enzimas Plasmoespecíficas. Serían las enzimas que tienen su lugar de acción en el plasma. Estas enzimas son sintetizadas en determinados tejidos y vertidas a la sangre activamente, que es su lugar de acción, donde se encuentran su sustrato y su coenzima. Por ejemplo, las enzimas del complejo protrombínico, lipoproteinlipasa, plasminógeno y pseudocolinesterasa. Este grupo de enzimas son sintetizadas fundamentalmente por el hepatocito y son muy activas en el plasma (a diferencia de otras que si están aumentadas indican daño). Entonces de este grupo de ez nos interesa saber sus valores inferiores; porque una disminución de su actividad (normalmente alta en suero) indica una alteración en la síntesis, y como la mayoría son producidas en el hígado esto nos estaría indicando una alteración de la funcionalidad hepática.

Enzimas secretadas o exocitoenzimas. 
Son enzimas secretadas por glándulas ó tejidos muy especializados, su lugar de acción está alejado, es el caso de las enzimas digestivas segregadas por el páncreas y que van al duodeno a ejercer su acción, como por ejemplo la amilasa, lipasa, tripsina, etc. Clínicamente, estas enzimas en sangre están en baja actividad. Aumentarían sus niveles en la patología aguda como la pancreatitis y en casos de patología crónica, donde la glándula está hipofuncionante, por lo que su actividad estaría disminuida en su lugar de acción; en este caso en duodeno. Enzimas celulares o endocitoenzimas Son todas las enzimas que tienen su lugar de acción dentro de la misma célula que las sintetiza, no tienen acción en plasma por falta de sustrato y de coenzima. Se dividen es 2 grupos:
1.    Ubicuas: Son todas las que intervienen en el metabolismo general como por ejemplo LDH, MDH, ALT o Alanina-aminotransferasa, AST o Aspartatoaminotransferasa. A estas ez se las denomina comúnmente transaminasas y su otra.
Tabla 1. División de las enzimas que aparecen en el plasma según su origen.
 
2.    Organoespecíficas: Enzimas específicas de determinados órganos ó tejidos que actúan en procesos metabólicos específicos de ciertos tejidos. Por ejemplo, la GLDH, y SDH. 
La fase de retardo tiene lugar inmediatamente después de mezclar los reactivos con la muestra biológica. Es una fase de encuentro y acoplamiento de sustrato y enzima. Su duración es muy variable (segundos a minutos). Al finalizar esta fase comienza la fase lineal en la que la formación de producto permanece constante, siendo la concentración de enzima de la muestra es el único factor limitante. Por último, a medida que va transcurriendo la reacción, llega un momento en que el sustrato u otro reactivo se van agotando (fase de agotamiento de sustrato) y la velocidad de reacción disminuye hasta anularse. Para que una determinación enzimática sea válida es necesario realizarla en la fase lineal donde el único factor limitante es la concentración de la propia enzima y las condiciones de reacción son las óptimas (exceso de sustrato y otros reactivos…). Para ello se suele trabajar con una concentración de sustrato superior a la Km. Así, en un ensayo enzimático, el límite de linealidad es la actividad enzimática más alta que se puede medir con exactitud. Por encima de ese valor habrá que diluir el suero con solución salina y multiplicar el resultado obtenido por el factor de dilución.
¿Cómo se obtiene en el laboratorio clínico el valor numérico de actividad enzimática? 
Generalmente la actividad enzimática se evalúa mediante ensayos espectrofotométricos, por tanto, necesitamos seguir la evolución de alguno de los elementos que participan en la reacción y que, por supuesto, deben absorber luz a una determinada longitud de onda así:
 Si el producto absorbe luz a una longitud de onda determinada podemos evaluar la aparición del producto analizando el incremento de absorbancia a dicha longitud de onda. 
 Si el sustrato absorbe luz a una longitud de onda determinada podemos evaluar la desaparición del sustrato analizando la disminución de absorbancia a dicha longitud de onda. 
 De igual modo podemos analizar la variación de un cofactor o de algún componente de la reacción. Ej. es muy frecuente utilizar la aparición o desaparición de NADH o NADPH. 
En ocasiones ninguno de los elementos que participan directamente en la reacción absorben luz, en cuyo caso es necesario acoplar una segunda reacción en la que algunos de los reactivos o productos presenten un máximo de absorción. Analizando esta segunda reacción podremos evaluar la actividad enzimática de la primera.

Aspectos prácticos 

 No utilizar muestras que hayan sido congeladas y descongeladas varias veces. 
 Separar lo antes posible el coágulo del suero y evitar trabajar con muestras bemolizadas. 
 Evitar la estasis venosa prolongada durante la extracción · Evitar el envejecimiento de las muestras. 
 El transporte de las muestras debe realizarse en frío sin congelar, salvo que se vaya a prolongar mucho tiempo.
Análisis de isoenzimas.
Las isoenzimas son formas múltiples de un enzima que catalizan la misma reacción. Las isoenzimas de una familia pueden diferir en sus propiedades fisicoquímicas, tamaño, carga, termoestabilidad, Km, especificidad por distintos sustratos, capacidad de ser reconocidas por agentes específicos o inmunorreactividad. Estas diferencias son utilizadas como base de los ensayos que permiten diferenciar isoenzimas concretas. Así: 
 Las diferencias de carga hacen que las distintas isoenzimas se puedan separar por ejemplo mediante electroforesis o mediante cromatrografía de intercambio iónico. Ej. separación electroforética de las isoenzimas de la LDH y posterior visualización por reacción con lactato, NADH y NBT. Ej. separación electroforética o por cromatografía de las isoenzimas de CK (lo veremos cuando estudiemos el infarto de miocardio). 
 La distinta termoestabilidad permite inactivar selectivamente algunas isoenzimas ej. Tras un infarto de miocardio aumenta la concentración de LDH-1, esta isoenzima es bastante termoestable. Esta característica explica que si extraemos suero de un paciente sano y lo calentamos a 60ºC durante 30 min sólo se preserve el 20-40% de la actividad. Sin embargo, si realizamos el mismo tratamiento a un suero que un paciente que ha sufrido un infarto de miocardio, se preserva más del 45%.
 La diferente capacidad de cada isoenzima para fijar ihnibidores permite utilizar técnicas de inhibición catalítica (inhibición selectiva de isoenzimas). 
 En ocasiones cada isoenzima puede posee un sustrato específico lo que permite utilizar técnicas de especificidad de sustrato ej. LDH-1 puede utilizar ß-hidroxibutirato como sustrato específico.
 Por último, otras técnicas aprovechan las diferencias inmunológicas y utilizan anticuerpos que reaccionan exclusivamente con determinadas isoenzimas ej. RIA, inmunoinhibición.
Determinación enzimática de sustratos. 
En el laboratorio no sólo se puede determinar la actividad de enzimas de interés clínico, también es muy frecuente utilizar enzimas en la determinación de sustratos ej. métodos enzimáticos (GOD/POD o de la hexoquinasa) para determinar la concentración de glucosa de una muestra.

Enzimologia del corazón 

 
El término infarto agudo de miocardio (IAM) se refiere a la muerte del tejido cardiaco resultante de la ausencia del flujo sanguíneo a las células musculares del corazón. Incrementos transitorios de los niveles séricos de las enzimas liberadas por el miocardio Las enzimas liberadas son: isoenzima MB de la creatin kinasa (CK), la lactico deshidrogenasa (LDH) y la aspartato aminotransferasa.
Enzimologia Cardiaca Láctico deshidrogenasa (LDH): 24-48 horas luego del comienzo del infarto, tiene un pico entre el tercero y el sexto día, para regresar a valores normales cerca del día catorce. La elevación de esta enzima es un indicador muy sensible pero poco especifico de infarto del miocardio. Creatin kinasa (CK): 4 y 8 horas de iniciado el cuadro, declinando a valores básales cerca del tercero o cuarto día. El pico enzimático es variable, pues puede ser precoz (8 horas) o muy tardío (58 horas). Las técnicas de electroforesis han permitido indicar tres isoenzimas de CK: MM, BB y MB; la BB. La medición de la MB continúa siendo el método bioquímico más aceptado para el diagnóstico del infarto agudo del miocardio.

Enzimologia hepática. 
Daño Hepático agudo: por ejemplo, durante la infección con el virus de la Hepatitis A (VHA).
1.    Puede localizarse el tejido dañado para confirmar un diagnóstico de dos formas: Determinación del perfil isoenzimatico: el estudio de la distribución de las formas moleculares en suero o plasma proporciona información sobre el tejido afectado. 
2.    Por valoración de más de una enzima (cuantificación): porque las enzimas no son órganoespecíficas y una determinación de varias actividades enzimáticas nos podría llevar a una mayor exactitud de un diagnóstico y seguir mejor la evolución de las enfermedades.
Causas de elevación no específicas de niveles enzimáticos: 
 Fisiológicas: recién nacidos (más AST), después de la pubertad (más fosfatasa alcalina) 
 Inducidas por fármacos como la difenilhidantoína y barbitúricos aumentan fosfatasa alcalina. Gamma glutamiltransferasa se correlaciona con el alcohol. 
 Muestras hemolizadas falsos positivos (elevaciones artificiales): la hemolisis es el fenómeno de la desintegración de los eritrocitos, esta alteración puede estar dada por uso de agujas, jeringas y/o recipientes húmedos, vaciado inadecuado de la jeringa, uso inadecuado de anticoagulantes.
Las hemólisis en las muestras para diagnóstico pueden generar resultados erróneos en muchas de las determinaciones habituales en química clínica (liberación de enzimas que producen falsos positivos) y puede, en algún caso, tener repercusión grave para el paciente.

Perfiles enzimáticos

El torrente sanguíneo contiene cantidades apreciables de enzimas:
a)    Que realizan funciones específicas en el plasma (plasmáticas funcionales, como las de la coagulación). 
b)    Enzimas plasmáticas no funcionales (elaboradas por células especializadas o las que realizan un proceso vital en las células que las originan), como las digestivas y del metabolismo intermediario. Estas últimas en concentraciones plasmáticas mayores sugiere una velocidad aumentada de destrucción celular.

Marcadores hepáticos 

El hígado es un órgano multifacético que lleva a cabo funciones bioquímicas, de síntesis y de excreción, por lo cual no puede definirse una sola prueba que tenga la capacidad de detectar el estado de la función total del hígado. Para esto se utilizan un conjunto de pruebas, denominadas pruebas de función hepática, las cuales deben ser tenidas en cuenta una a una, siempre en estrecha relación con el cuadro clínico, debido a que estas no muestran con exactitud la disfunción, por lo que deben ser interpretadas dentro de un conjunto bioquímico y fisiopatológico. Una mínima perturbación que afecte la permeabilidad de la membrana de los hepatocitos se evidencia en el suero a través de una variación de la concentración de los constituyentes de origen intrahepático.
Las pruebas de función hepática se utilizan en general para: 
1.    Determinar presencia o ausencia de daño hepático.
2.    Realizar diagnósticos específicos.
3.    Determinar severidad y establecer pronósticos.
4.    Monitorizar el curso de la enfermedad hepática.
Entre estas pruebas se destacan: 
-  Bilirrubinas 
-  >Aminotransferasas 
-  Fosfatasa alcalina 
-  Gamma-glutamiltransferasa 
-5-nucleosidasa 
-  Leusinaaminopeptidasa

Marcadores cardiacos 

La evaluación de las enzimas juega un papel importante en el IAM ya que no todos los pacientes presentan los típicos síntomas de quejas o dolores intensos. En muchos casos (20%) los infartos son mudos o silenciosos y por lo tanto ignorados.

La OMS establece tres criterios básicos para un diagnostico positivo de IAM:
  Historia del dolor torácico de tipo isquémico 
Cambios evolutivos en los ECG seriados 
Incremento y posterior disminución de los marcadores séricos de lesión miocárdica

Diagnóstico diferencial y observación de la evolución de la condición iam 

Determinaciones de las proteínas, enzimas e isoenzimas 
Acompañamiento de ECG
Obtención de muestra (lo antes posible) Es importante que la obtención de la muestra este lo antes posible ya que algunas enzimas retornan rápidamente a su normalidad.
Mediante determinaciones enzimáticas seriadas pueden reconocerse precozmente también complicaciones como reinfartos, extensión del infarto, insuficiencia de corazón derecho, o shock. En reinfartos la CK vuelve a elevarse, lo que torna a las valoraciones enzimáticas de relevancia superior con respecto a los del ECG, ya que no se conocen los reinfartos mediante ECG porque no se ve alterado todavía.

Marcadores pancreáticos 

El páncreas tiene una porción exocrina y endocrina, la unidad funcional del páncreas exocrino es el acino, y la porción endocrina está constituida por los islotes de Langerhans. 
Durante años la determinación de la actividad alterada de la amilasa y de la lipasa en líquidos orgánicos ha constituido la clave del método de laboratorio para el diagnóstico de la pancreatitis aguda y la crónica.

Marcadores musculares

 Proteínas contráctiles musculares: miosina y actina. 
Proteínas reguladoras: tropomiosina, troponina y mioglobina. 
Las enfermedades musculares son de 5 tipos: atrofias musculares neurógenas, trastornos de la fibra muscular, disfunciones en la unión neuromuscular, perturbaciones inflamatorias y traumatismos.
Significado clínico:
           La CK sérica es más específica y sensible que la AST y LDH, y más predictiva que la aldolasa. Se observa incremento de la actividad de estas enzimas en la poliomelitis, las distrofias musculares y miotónicas, y algunos trastornos metabólicos. 
           Es importante saber que en algunas afecciones musculares neurogénicas(poliomelitis) los niveles de actividad enzimática permanecen normales; mientras que en las afecciones musculoesqueléticas (existe injuria directa al músculo) las enzimas SÍ son vertidas a la circulación. 
           En las miopatías agudas, se elevan primero las concentraciones de CK y AST (12 a 24 horas), y después de 48 horas los de LDH. La aldolasa eleva 65% la cifra de casos. 
           La medición de la CK sérica es útil, ya que esta aumenta 70% el número de casos.La aldolasa, también es sensible, aunque menos específica; pero la determinación conjunta de ambas enzimas con la AST y LDH aumenta en gran medida la especificidad. 
           La LD-5 esla fracción que predomina en el tejido muscular; sin embargo, también aumentan las isoenzimas LD-1 y LD-2 en las distrofias. Las formas isoenzimaticas de CK y LDH experimentan alteraciones potenciales debido a efectos del ejercicio. 
           Otras afecciones en las que se aumenta las enzimas musculares séricas incluyen hipotiroidismo, acromegalia, miopatía relacionada con alcoholismo e hipertermia maligna. 
           La actividad de CK puede alcanzar un valor de hasta 100 o 200 veces lo normal, en un lapso de 24 a 48 horas tras unaintervención quirúrgica. 
           Aumentan los niveles de mioglobina cuando existe lesión del músculo esquelético o cardíaco. Esto aumenta su excreción por orina (mioglobinuria) que puede producir oscurecimiento de la orina. Lo anterior puede observarse después de: ejercicios físico o aplastamiento/ruptura muscular. 
           Otras valoraciones para el diagnóstico diferencial de enfermedades musculares son los anticuerpos específicos (antirreceptor de acetilcolina).
Marcadores prostáticos:
La función de la próstata es sintetiza una parte de la secreción que conforma el semen. Las enfermedades más comunes que afectan la próstata son, hipertrofia prostática, prostatitis y cáncer de próstata.
Fosfatasa ácida o antígeno prostático específico (PSA).
Tipos de isoenzima de la fosfatasa ac.
 Fosfatasa acida plaquetaria.  Fosfatasa ac. Eritrocitaria.
 Fosfatasa ac. Prostática  Fosfatasa ac. Ósea
 Fosfatasa ac. “Gaucher”
           

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